viernes, 19 de mayo de 2017

Esta cita es con mi ausencia.

Tengo que reconocer que no sé mantenerme, que me cuesta limitarme, autoconfesarme, deshacerme, y no desgastarme.
Honestamente no sé lo que quiero, me he dudado tantas veces que hasta mis propios fantasmas escapan de mi, que puede que tenga tantos miedos porque yo les doy de comer y yo que sabré sobre teorías frías de noches ausentes y toda esa mierda que ya no se nos escurre cuando (no) nos vemos.
Yo que sé ya, podríamos vivir en la cuerda floja lo que nos quede de vida. 

miércoles, 17 de mayo de 2017

He llegado aquí.

Esta mierda de pseudopoeta aún no me desangra, no ha llegado al fondo, a lo profundo, no ha atravesado el dolor, esta estaca de hielo no me ha llenado de horrores los sueños, no me ha confundido con otras, no me ha doblado el alcohol, multiplicado las penas, ni me ha roto en dos, todavía.
Me pregunto si la coraza de desastres a mis espaldas es tan potente con todo lo que le venga o solo tiene una intuición jodida de mares perdidos.
Aquí nadie sabe a-mar, me repito, y me miento, pero no. Quizás las formas de di-sentir sean las propias, quizás a este ruido le falte el chin chin de las copas, o quizás es que a esta distancia le falto yo. No lo sé.
Quizás es que soy idiota y, simplemente, he venido a quejarme.

domingo, 14 de mayo de 2017

La línea.

No soy de verdad, pero tampoco digo que sea mentira, quiero decir, en toda esta larga historia de desmedidas inestables en mis pestañas, hay una sonrisa falsa de postín, de las de ver, de las que dicen, estoy aquí, pero soy falsa, y vengo a fallarte a ti mismo. Ya ves.
No sé muy bien lo que quería decir cuando empecé a escribir, la verdad, y para ser del todo sincera supongo que tampoco lo sabré al final.
Esto son mis vergüenzas, bienvenidos.
Este es el ataud en el que encierro mis miedos, y el que visito a veces para dejarlos salir.
Disfruten del show, del desgaste y de la emoción.

sábado, 13 de mayo de 2017

En mi sueño.

Esta mañana solo había café para desayunar, y he soñado con un realidad paralela en la que me quedaba sola, y me he asustado.
¿A qué distancia se encuentran los sueños de la realidad? Me pregunto.
Y tu escondes la mano porque has tirado la piedra, igual que lo hice yo, mil veces, y las mismas volvería a hacerlo.
Tampoco voy a recriminar nada, en mi sueño, había fantasmas hambrientos, de esos que atacan al primer miedo, de los que pillan tus mierdas ocultas y te las devuelven en forma de monstruos que te arropan cuando te vas a dormir.
No digo que no sea real, mi sueño, mi miedo, y mucho menos mi debilidad.
Pero es cierto que me desperté llorando, porque entre tenerme y no tenerme, no había un paso muy largo.
Da igual, tampoco pretendo que me entiendas, pero puedes sonreirme, como los miedos, como los fantasmas, como en mis sueños.
Creo que necesito una copa, otro pitillo y, quizás, un abrazo.

viernes, 12 de mayo de 2017

De mis errores sin despedida.

No soy capaz de culparte aunque lo haga. Culpar de todo a la nada, imagino.
Me vi siempre en tu lugar teniendo las cosas claras y he juzgado sin querer lo inalcanzable de ese vacío que afirmas con los ojos, tienes una oscuridad extraña, una sonrisa cansada de esas que saben que ya no hay marcha atrás, que el final es ese y te arrepientes. Piensas.
Mira, no puedo decir más de la vida que lo que aprendí viendo tus manías, no puedo mentirte con un todo o una nada de errores y sacrificios en los que no creo, ni puedo sonreirte ante el final que me veo venir. Lo siento.
Siempre aposté mil palabras al segundo por ti, me crecí entre estropicios y de todos esos (d)años salen estas mentiras, quiero decir que yo nunca fui muy de creer, pero siempre ganaba tu sonrisa.
Y ahora estoy aquí, con los sentidos cansados, una sonrisa de payaso triste y un montón de mentiras para decirte, porque si, todo irá bien, pero nunca así.

miércoles, 3 de mayo de 2017

Hacerme a la idea.

Anoche contaba batallas como hoy cuento lágrimas, no pretendo decir que el inicio sea un final cerrado con disposiciones al presente, pero si me dejas explicarme puedo decir que la partida ha terminado y que hemos perdido antes de definirnos.
He sentido el viento en mis mejillas, he visto la risa cansada, la desesperación en sus ojos y la metralla cargada, JODER, me he cansado hasta cansarme a mi misma, y me he mentido para ser lo que he sido y perdí.
La rabia se acumula, las ganas no ganan, y la mierda reluce, porque no puede hacer otra cosa.
Y yo, pues grito, porque las palabras me ganan.