sábado, 27 de octubre de 2018

Olvida(r)te.


Pudiste haberlo hecho todo mucho más fácil, pudiste hacerte a un lado, o darlo todo, coincidir con tus errores, abrumarte en tus movidas, pudiste ser futuro, ser hogar y casa al mismo tiempo y construir con las manos todo lo que al final derruiste.

Pudiste ser la conciencia, el error que rompe la regla haciendo esta vez positivas las estadísticas, pudiste nadar contra el sistema, bucear en el encuentro, salvar y sumar.

Pero la verdad, preferiste no hacer el esfuerzo, preferiste la nada, el dolor ajeno en manos propias, el perdón descompuesto, las lágrimas y los gritos. Decidiste que menos a veces es más, pero jamás lo será a tu lado, quisiste sumar con tanta fuerza que te dividiste por millones que son mucho más dolor que tú.

En un momento, yo me jugué a la ruleta rusa el amor que me quedaba, lo convertí en miles, multipliqué el pan y compré más birra a ver si así dolía menos el impacto, olvídate.

Contigo es imposible nadar a contracorriente.

martes, 23 de octubre de 2018

De mi caos emocional a vuestras pantallas.


Persiste un mar de dudas en eso que yo llamo la nostalgia por lo claro, el qué hacer de mi sin mí, o como encontrar el hogar que perdí hace años. Recurren a mi mente homicidas canciones de descanso, frases vibrantes en espasmos y planes de, buscando una sonrisa, la mía.

He creído demasiado en los demás y muy poco en mis intenciones, me he dado pocas oportunidades, me he guiado por normas estúpidas, base de una cabeza “bien amueblada”, no tengo ideas de futuro y no pienso tenerlas porque el camino es el viaje y el destino nunca me ha importado demasiado.

A veces habláis de una sociedad que yo desconozco, conocéis y contáis y yo no lo entiendo. 
Comerciamos con nuestras emociones todo el tiempo, y con nuestro tiempo toda la vida, habláis de los lugares que jamás conoceréis, de las caras que olvidaréis y de aquello que al final pasó y estabas tan entimismade que no te diste cuenta, como una estrella fugaz. 

No me cansaré de repetir que en esa mirada hay tanto amor como daño. Y a veces no puedo convivir con esos ojos.