Pudiste haberlo hecho todo mucho más fácil, pudiste hacerte
a un lado, o darlo todo, coincidir con tus errores, abrumarte en tus movidas,
pudiste ser futuro, ser hogar y casa al mismo tiempo y construir con las manos
todo lo que al final derruiste.
Pudiste ser la conciencia, el error que rompe la regla
haciendo esta vez positivas las estadísticas, pudiste nadar contra el sistema,
bucear en el encuentro, salvar y sumar.
Pero la verdad, preferiste no hacer el esfuerzo, preferiste
la nada, el dolor ajeno en manos propias, el perdón descompuesto, las lágrimas
y los gritos. Decidiste que menos a veces es más, pero jamás lo será a tu lado,
quisiste sumar con tanta fuerza que te dividiste por millones que son mucho más dolor que tú.
En un momento, yo me jugué a la ruleta rusa el amor que me
quedaba, lo convertí en miles, multipliqué el pan y compré más birra a ver si así
dolía menos el impacto, olvídate.
Contigo es imposible nadar a contracorriente.
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