Persiste un mar de dudas en eso que yo llamo la nostalgia
por lo claro, el qué hacer de mi sin mí, o como encontrar el hogar que perdí
hace años. Recurren a mi mente homicidas canciones de descanso, frases
vibrantes en espasmos y planes de, buscando una sonrisa, la mía.
He creído demasiado en los demás y muy poco en mis
intenciones, me he dado pocas oportunidades, me he guiado por normas estúpidas,
base de una cabeza “bien amueblada”, no tengo ideas de futuro y no pienso
tenerlas porque el camino es el viaje y el destino nunca me ha importado
demasiado.
A veces habláis de una sociedad que yo desconozco, conocéis
y contáis y yo no lo entiendo.
Comerciamos con nuestras emociones todo el
tiempo, y con nuestro tiempo toda la vida, habláis de los lugares que jamás conoceréis,
de las caras que olvidaréis y de aquello que al final pasó y estabas tan
entimismade que no te diste cuenta, como una estrella fugaz.
No me cansaré de repetir que en esa mirada hay tanto amor
como daño. Y a veces no puedo convivir con esos ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario