sábado, 10 de noviembre de 2018

Llovía, creo.

Tengo un montón de ruido entre las manos, está tan caliente que quema y se pega, yo intento lavarlas, deshacerme de esas ansias, que no son mías, que me matan.
Me he sentado en aquella colina a la que prometí llevarte una vez, he querido esperar, pero solo quedan cenizas y humo, y yo ya no sé que hacer.
A veces cojo esta maleta de dudas y me acerco al mar, entonces casa y hogar se encuentran y las recogen, y vienen y van, y van y vienen y al final no están.
Solo venía a decir que quiero ser camino, y nada más.